De pronto surge un aluvión de etiquetas para
encontrar referencias en Internet de un blog: interrelación, identidad,
construcción del conocimiento, etiquetado, colaboración, comunidades de
aprendizaje… Entonces, hay sustrato de contenido suficiente para encontrar una
aplicación de esta herramienta que brinda la web 2.0 en distintos campos. En
esta ocasión, pongamos la enseñanza de lenguas.
Depende de la perspectiva desde dónde se
mire, como profesor, alumno o colectivo de alumnos, y de los niveles (con
diferente etiquetado en el blog), pero la utilización es siempre provechosa. Estableciendo
una periodicidad en la publicación de los diferentes contenidos (organizados también
en etiquetas), las actividades pueden ser de tipo interactivo o no. Por ejemplo,
trabajar distintas destrezas mediante ejercicios para:
- afianzar la asimilación de construcciones gramaticales complejas a través de imágenes.
- trabajar el léxico de una canción o el diálogo de una película.
- describir oralmente una fotografía o el desarrollo de una tira cómica.
- explotar el texto de un artículo de prensa.
- escuchar una canción, ver un anuncio publicitario o la secuencia de una película con la correspondiente explotación didáctica.
- realizar ejercicios que permitan la autocorrección.
- proponer la creación de una galería fotográfica colectiva con la descripción de las imágenes.
- crear una historia en línea o un periódico entre los alumnos.
- realizar una bitácora por parte del alumno.
- utilizar los comentarios del blog como respuestas.
- vincular el contenido con el que aportan otros blogs.
- crear un tablón de anuncios por parte del profesor con contenidos de interés.
- planificar trabajos.
- publicar un resumen mensual de las actividades más relevantes, previa votación de los alumnos y profesores.
El régimen de uso del blog depende del
profesor: unos minutos al principio o al final de la clase, como complemento,
alternativa o refuerzo del material físico del que dispongan los alumnos, y/o
para seguir aprendiendo con autonomía fuera del aula.
Hasta aquí he hablado yo. Y tú, ¿qué piensas?
Hasta aquí he hablado yo. Y tú, ¿qué piensas?
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